Grandes inversores, incluidos los mayores productores de carne del mundo, ya son conscientes de que ha comenzado una nueva era alimentaria
Este artículo está basado en investigaciones e informaciones aportadas por la organización Igualdad Animal, que colaboró con Salvados en la realización de su programa sobre las granjas de explotación animal y la industria cárnica
Ruth Toledano - 06/02/2018 - 21:08h http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/revolucion-carne-limpia_6_737436286.html
El programa
#StrangerPigs de Salvados, donde Jordi Évole se infiltró en el infierno
de las granjas de explotación animal, ha amplificado el debate sobre el
consumo de carne. Ante las evidencias que ofrecen esta y muchas otras
investigaciones previas sobre el maltrato sistemático al que son
sometidos los animales, así como ante las gravísimos efectos, ya
reconocidos y probados, que esta industria tiene sobre la salud humana y
sobre el medioambiente, muchas personas están tomando conciencia de que
ha llegado el momento de reaccionar frente a los lobbys. Como
consumidores, cambiando nuestros hábitos tenemos el poder de cambiar el
sistema. El veganismo ético es, a día de hoy, la respuesta política a
esta insostenibilidad, pero los propios productores de carne se están
planteando alternativas con el objetivo reconvertir sus negocios de
forma acorde a los nuevos tiempos.
En 2013, Mark
Post, científico de la Universidad de Maastrich, presentó al mundo la
primera hamburguesa de la llamada ‘carne limpia’, creada a partir de
células extraídas a un animal vivo y cultivadas en laboratorio. Post
demostró que con una pequeña muestra de músculo de dos vacas (que
procedían de granjas ecológicas y a las que se intervino mínimamente y
de forma indolora) podían llegar a producirse 20.000 hebras de su carne,
que unidas y compactadas dieron lugar a una hamburguesa similar a las
que hoy comercializa la industria cárnica.
Con la ayuda de la biotecnología, daba comienzo una
agricultura celular que abría un horizonte en el que comer carne no
conllevará la extrema crueldad a la que son sometidos los animales; no
supondrá un problema de salud pública humana, al no llevar los
antibióticos y hormonas con los que ahora atiborran a los animales
estabulados para evitar enfermedades y acelerar su crecimiento; y podría
llegar a resolver en gran medida el desastre medioambiental: comparada
con la carne que procede de las granjas y mataderos, las hamburguesas y
productos cárnicos creados a partir de células generan un 78-96% menos
de gases de efecto invernadero, necesitan un 99% menos de terreno (tanto
el que ocupan las granjas como el destinado a los cultivos extensivos
de soja y cereales para alimentar a los animales) y requieren de un
82-96% menos de agua.
En apenas cinco años, el precio
de aquella hamburguesa, que a Post le costó crear algo más de 300.000
euros, ha bajado hasta los 10 euros. La razón es que las empresas que
están desarrollando la ‘carne limpia’ están captando el interés de los
inversores. Memphis Meats y Mosa Meats ya han producido ‘carne limpia’ de ternera, pollo y pato, y la empresa Finless Foods está investigando para producir ‘carne limpia’ de pescado. Igualdad Animal,
la organización animalista que acompañó a Évole en su investigación
para Salvados, lleva años siguiendo de cerca la evolución de estas startups (empresas emergentes) y ha recabado la opinión de algunas de ellas.
Memphis Meats les ha explicado que lo que hacen es “obtener células de
un animal y alimentarlas con los mismos nutrientes que todos los
animales necesitan para crecer. Este proceso, a mayor escala, se llevará
a cabo en lugares parecidos a las cerveceras. Una vez que las células
han crecido estarán listas para ser convertidas en deliciosos productos
similares a los productos cárnicos procesados que consumimos hoy en
día”. Bruce Friedrich, consejero directivo de New Crop Capital (una firma de capital emprendedor especializada en financiar proyectos alternativos a la ganadería) y director ejecutivo de The Good Food Institute, explica su colaboración con Beyond Brands
(dedicada a incentivar y acelerar el crecimiento de empresas
innovadoras y sostenibles) para favorecer la producción de la carne
limpia: “Combina nuestros recursos para abordar el problema de las
prácticas de negocios obsoletas y destructoras del medioambiente. Muchos
consumidores están reduciendo sustancialmente su consumo de carne,
pescado, lácteos y huevos. Gracias a nuestra colaboración, podremos
tener un impacto directo para apoyar este cambio de hábitos de consumo,
abasteciendo a los consumidores con productos deliciosos, nutritivos y
limpios”.
Memphis Meats, que asegura que en 2021 sus
productos estarán en los supermercados de Estados Unidos, cuenta ya con
inversores como Bill Gates y Richard Branson. Que también haya invertido
Tyson Foods, el mayor productor de carne en EEUU y el segundo en todo
el mundo, demuestra que ha comenzado una nueva era alimentaria: dado que
la demanda mundial de proteína animal sigue aumentando, la industria
cárnica sabe que en las próximas décadas solo podrá renovarse o morir.
Por su parte, los gobiernos de China e Israel han llegado recientemente a
un acuerdo para la exportación de ‘carne limpia’ al país asiático.
China es el mayor productor de carne en mundo (el 20% de la producción
mundial) y en Israel se encuentran tres de las ocho empresas que se
dedican en el mundo a desarrollar la producción de ‘carne limpia’: SuperMeat, Future Meat Technologies y Meat the Future.
Algunos de los mayores empresarios chinos ya han invertido alrededor de
300 millones de dólares en la ‘carne limpia’, tanto en Estados Unidos
como en Israel, conscientes de la insostenibilidad de la ganadería
industrial en su país. El diario ‘China Science and Technology Daily’
hacía a sus lectores la siguiente pregunta: “Imagina el futuro. Tendrás
dos productos idénticos. Para el primero se cría y se mata al animal. El
segundo es exactamente igual, más barato, sin emisiones que producen
calentamiento global, sin que muera ningún animal… ¿Cuál elegirías?”.
Resulta imprescindible que los gobiernos y las empresas se planteen con
responsable urgencia la necesidad de cambiar de paradigma, invertir en
innovación y hacer la transición hacia un futuro mejor. Para entender el
alcance revolucionario de la ‘carne limpia’ basta atenerse a los
resultados de su cultivo: con una única célula de un pavo se pueden
llegar a producir 20 billones de nuggets. Su
comercialización a gran escala no solo supondría el fin de un
inabarcable sufrimiento animal (los humanos explotan y matan para su
consumo 56.000 millones de animales al año), no solo protegería la salud
humana y frenaría la destrucción del medioambiente, sino que podría
terminar con el hambre en el mundo. Una revolución que ha sido comparada
con la que supuso la agricultura a la historia de la humanidad.
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