José Luis Sanz Zapata · 8 de Julio de 2018 - La Junta de Castilla y León nunca autorizó ninguna solicitud de FAPAS para realizar actividades vinculadas con el oso. Hoy, vemos que ese territorio se encuentra en una situación crítica. Valga ver solamente la diferencia de evolución de las dos poblaciones oseras. El rotundo fracaso de la conservación del oso en la zona oriental solo puede ser suplido con un apoyo mutuo de incremento de los datos de osas reproductoras. Un incremento cuestionado por los datos de escasa fiabilidad, ausencia de trabajo de campo que los verifique y que en definitiva, lleva a plantearse si las hembras reproductoras son contabilizadas las mismas en varias ocasiones según se desplazan por el territorio que ocupan.
Como cada año, desde hace ya varias décadas. El censo de osos en la Cordillera Cantábrica se escenifica después de haber realizado el trabajo de seguimiento de osas con crías.
Este censo, o mejor dicho, los datos ofrecidos a partir de este censo, ha sido durante todos estos años utilizado para aparentar ante la opinión pública que quién lo hace, es quién mayor capacidad operativa de trabajo posee. Es decir, quién más trabaja por la conservación del oso.
La FOP, Fundación Oso Pardo, ha sido por lo tanto durante años, quién ha monopolizado ante la opinión pública esta situación, manifestando año tras año cuantos osos había en la Cordillera. Un trabajo que contó con la oscura participación del Ministerio de Medio Ambiente, siempre a la sombra de que su logotipo apareciera en los papeles.
Pero últimamente, ha cambiado en parte la situación. Las Administraciones, viendo que no pintaban nada en este tema, han decidido pillar la sartén por el mango y hacerse ellas las protagonistas del evento del censo osero. (...)
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