República Española ha compartido un enlace. ecorepublicano.es 31.7.18
La sola contemplación de una foto de Aznar me produce una gran desazón, o lo que es lo mismo, desagrado, intranquilidad, zozobra..., verle y oirle al mismo tiempo me hace sentir asco, vamos que no le aguanto ni en pintura.
Aznar
nunca quiso dejar de ser el presidente del Gobierno, es cierto que no
se presentó a la reelección, pero no nos dejemos engañar, antes de irse
designó a su sucesor y lo hizo en una de las personas más mediocres de
su partido. Lo hizo en la creencia de que podría manejarle a su antojo y
así seguir ejerciendo el poder desde un segundo plano, Aznar sería el
cerebro y Rajoy un títere en sus manos. Nadie puede imaginarse a Aznar
perdiendo voluntariamente el poder.
Pero
Aznar se equivocó, no tuvo en cuenta que los mediocres se vienen arriba
en cuanto se les da una gorra, unos galones o un pito, no digamos ya si
se les pone a presidir un partido politico. Cuando Aznar se dió cuenta
de su error, que fue inmediatamente, se refugió en su cuartel de Faes,
para desde allí torpedear la labor de Rajoy y organizar una nueva
estrategia de cara a colocar al frente del partido a su bienamado pupilo
Casado.
A
diferencia de Rajoy, Casado cumplirá a rajatabla las instrucciones de
Aznar. Si Rajoy era mediocre, Casado es un incapaz y lo sabe. Rajoy no
sabía de las intenciones de Aznar cuando le puso al frente del partido,
Casado las conoce a la perfección y acatará las órdenes de Aznar sin
rechistar. Rajoy no admitió ser un títere, Casado hace años que lo
asumió. Solo hace falta ver la foto de Aznar y Casado en el despacho de
Genova, nada más resultar elegido Casado, para darse cuenta de quién va a
dirigir el PP desde ya.
Aznar,
siempre fue la reencarnación del Guerrero del Antifaz, ese personaje de
cómic con el que el franquismo enalteció la furia patria durante casi
35 años, un Guerrero cuya única misión era la Reconquista de España en
tiempos de los Reyes Católicos, ahora el traje completo, la cota de
malla, la espada y el antifaz, se lo ha prestado Aznar a Casado, y
Casado sabe que si no hace buen uso del uniforme Aznar se lo quitará en
un abrir y cerrar de ojos.
Lo
dicho, El Guerrero del Antifaz, es decir Aznar, cabalga de nuevo, esta
vez a lomos de Casado, y Casado se apresura a poner en marcha una nueva
"cruzada", esta vez contra los inmigrantes africanos. A Casado ya solo
le falta la foto con Trump con los pies encima de la mesa. Al tiempo.
Benito Sacaluga Fuente: Bailando con ratas
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