José A. Satué ha compartido la publicación de Isabel Santolaria. heraldo.es
Isabel Santolaria No dejes huella...
Los expertos advierten sobre esta tendencia creciente en la alta montaña con consecuencias estéticas y ambientales. Los vigilantes del Parque del Posets borran los mensajes escritos con rocas pero vuelven a aparecer. María José Villanueva Huesca 03/09/2018
A principios de agosto, alguien dibujó con piedras, debajo del
pico de Peña Ezcaurri (Ansó), una bandera estelada y un mensaje pidiendo
la libertad para los presos políticos, composición que un montañero
aragonés que pasaba por la zona se encargó de desmontar. Por el mismo
lugar pasó este verano el geólogo Ánchel Belmonte, director científico
del Geoparque del Sobrarbe, quien se encontró en la cima con lo que
define como "un tétrico campo de losas levantadas" y mojones,
que un montañero con poca sensibilidad se había encargado de alzar
desfigurando el paisaje. "Parecía un cementerio", cuenta. Él
derribó todas las que pudo para intentar devolver a esa cumbre su
aspecto original, libre de la huella de un individuo que quiso dejar
constancia de su presencia a más de 2.000 metros de altitud.
Estos dos episodios ejemplifican una preocupante tendencia
consistente en mover piedras y apilarlas para formar figuras o nombres,
que traslada a la montaña el fenómeno de los grafitis que ensucian el
entorno urbano. Se deja ver en otros lugares del Pirineo, como el
Portillón, en Benasque, donde los trabajadores del Parque Posets-Maladeta se encargar periódicamente de desmontar los mensajes escritos con piedras en la montaña. En los archipiélagos de Baleares o Canarias ya han tomado medidas para atajar el fenómeno. (...)
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