Felipe Medina · 19/8/2018
a veces salgo a encontrarme con el bosque
y hallo huellas y surcos muy extraños
y recuerdo estruendos de batallas que no vi
y cojo un puñado de tierra y lo arrojo contra el cielo
resplandeciendo como la pólvora recién quemada
un día haremos una hoguera de colores
con todos los nombres de los muertos
en aquella cruenta batalla
a veces salgo a encontrarme
con lo más profundo de la noche
y oigo ruidos de pisadas
aullidos que vienen de la vieja colina
donde se alza el nuevo cementerio
y vislumbro un pelotón de fusilamiento
regresando a la ciudad con las espaldas encorvadas
como si la venganza fuese un equipaje
demasiado grande para sus conciencias
un día haremos una hoguera
de elegías con versos de cadáveres
entre rosas y girasoles abriéndose en la sangre
hay veces en que me emborracho
de sustancias bélicas
salgo a ver las aguas bravas de los ríos
y no dejo de sentir el roce
de unos ojos inmensos suplicando
descanso eterno en los camposantos consagrados
un día haremos una hoguera
de lamentos y canciones con los nombres
de todos los mártires
hay tardes que salgo a encontrarme con la cobardía
y a la puesta del sol se abre bajo mis pies
una senda por la que corren perfumes de gusanos
del tamaño de un hombre desarmado
y ando como quien anda por las cartografías de la muerte
un día haremos una hoguera de alucinaciones
para que sucumban los terrores y los vértigos
y allí,en lo más alto del cielo de batalla
hincaremos un monolito del color de la muerte
para que a ningún vivo con memoria
se le ocurra nunca más violar la existencia
(Felipe Medina )
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con todos los nombres de los muertos
en aquella cruenta batalla
a veces salgo a encontrarme
con lo más profundo de la noche
y oigo ruidos de pisadas
aullidos que vienen de la vieja colina
donde se alza el nuevo cementerio
y vislumbro un pelotón de fusilamiento
regresando a la ciudad con las espaldas encorvadas
como si la venganza fuese un equipaje
demasiado grande para sus conciencias
un día haremos una hoguera
de elegías con versos de cadáveres
entre rosas y girasoles abriéndose en la sangre
hay veces en que me emborracho
de sustancias bélicas
salgo a ver las aguas bravas de los ríos
y no dejo de sentir el roce
de unos ojos inmensos suplicando
descanso eterno en los camposantos consagrados
un día haremos una hoguera
de lamentos y canciones con los nombres
de todos los mártires
hay tardes que salgo a encontrarme con la cobardía
y a la puesta del sol se abre bajo mis pies
una senda por la que corren perfumes de gusanos
del tamaño de un hombre desarmado
y ando como quien anda por las cartografías de la muerte
un día haremos una hoguera de alucinaciones
para que sucumban los terrores y los vértigos
y allí,en lo más alto del cielo de batalla
hincaremos un monolito del color de la muerte
para que a ningún vivo con memoria
se le ocurra nunca más violar la existencia
(Felipe Medina )
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