Marisa Peña · 22/1/2019
(I)
El silencio ha calado hasta los huesos.
Todo es silencio ya.
La legión de derrotados silenciosos
camina por caminos que ya no reconoce.
Resistir es la clave.
Las águilas voraces sobrevuelan
cada calle, cada plaza, cada casa.
Un silencio de polvo y de ceniza,
de cabezas rapadas y aceite de ricino,
de cuneta, de cárcel,
de puchero sin carne.
Un silencio de plomo y ropa sucia,
ha conquistado el aire.
Todo es silencio ya
Y con cada palabra sepultada
Se afianza más profunda la derrota.
Marisa Peña. Mi bella miliciana.
camina por caminos que ya no reconoce.
Resistir es la clave.
Las águilas voraces sobrevuelan
cada calle, cada plaza, cada casa.
Un silencio de polvo y de ceniza,
de cabezas rapadas y aceite de ricino,
de cuneta, de cárcel,
de puchero sin carne.
Un silencio de plomo y ropa sucia,
ha conquistado el aire.
Todo es silencio ya
Y con cada palabra sepultada
Se afianza más profunda la derrota.
Marisa Peña. Mi bella miliciana.
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