Anita Botwin 5 JUN 2023
A pesar de que esa suma de partidos quizá no nos convenza a nadie en su totalidad, ni siquiera a sus creadores, es necesario remar en esa dirección, porque de lo contrario significará la pérdida de derechos conquistados y la vuelta a lugares a los que nunca más deberíamos volver en este país.
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Pero si ustedes están en política es porque creen que es posible conseguir un mundo más habitable y sostenible, y por muchos problemas que les frenen, siempre será más importante y necesaria construir una unidad que incluya todas las sensibilidades y a las distintas familias. Porque sólo así será creada una unidad real y no una diseñada según determinados intereses partidistas o personales. Esa unidad a medias, que descartara a activos y fuerzas importantes, no sería suficiente para ilusionar a la mayoría de votantes de izquierdas, que vieron en Sumar la posibilidad de abarcar todas las ilusiones de construir un país mejor.
Cuando le preguntan a Pepe Mujica por el éxito que tuvo el Frente Amplio en Uruguay suele responder que se debió a la generosidad y a la mirada amplia que tuvieron sus compañeros y compañeras a la hora de soñar una herramienta política de unidad. Nuestros hermanos uruguayos tuvieron claro que “a pesar de las diferencias ideológicas, era necesario estar de acuerdo en que hay que construir igualdad y defender la soberanía y la democracia. Si no confluimos, no cambiamos la realidad”, en palabras del ex presidente Mujica.
A pesar de que esa suma de partidos quizá no nos convenza a nadie en su totalidad, ni siquiera a sus creadores, es necesario remar en esa dirección, porque de lo contrario significará la pérdida de derechos conquistados y la vuelta a lugares a los que nunca más deberíamos volver en este país. Es necesario pensar y trabajar en un programa de mínimos, consensuado por todas las formaciones políticas y remar en esa dirección, a partir de ahí todo lo demás son adornos o florituras, pero lo que realmente nos interesa a la ciudadanía de a pie es representantes que sean capaces de conseguir o al menos pelear por que se ponga la vida en el centro. Quien esté en las negociaciones debería tener muy claro algo que no lo parece tanto, la idea de país y de proyecto político debe estar por encima de las discrepancias personales o políticas, y si es al revés quizá quien opte por el ruido debería hacerse a un lado para que el resto pueda trabajar en la dirección que pedimos los y las votantes. No estamos para odios, ni rencillas ni rencores, estamos para construir y trabajar por el bien común. Seguro que seremos capaces si dejamos de lado nuestras discrepancias por legítimas que sean y nos centramos en lo que nos une.
(...) Cierro estas líneas recordando uno de los lemas del Frente Amplio: “la acción nos une, las palabras nos separan”. Pasemos a la acción, con humildad y unidad. Adelante.
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