diciembre 14, 2025

En el AVE con el fiscal, de Javier Aroca

 23 de noviembre de 2025   Javier Aroca

Una de las sorpresas que le aguardan a uno al montarse en el tren es si le va a tocar el corralito de cuatro; así fue. Me senté un poco desairado, largando fiesta contra la agencia y, entonces, ocurrió: no les reconocí al principio porque venían vestidos de esta época, vaqueros y saquito: eran Aristóteles y Montesquieu. Me puse nervioso y loco de contento, hacía muchos pero que muchos años que nos les veía. Habían bajado de su cielo porque se habían enterado de lo del fiscal general y estaban en algo así como una comisión interestelar de observación. Iban a Madrid, después de aprovechar un diíta en Zahara, a ver si se enteraban de los fundamentos jurídicos del fallo contra el fiscal general y a otras cosas. 

Entramos en conversación, no pensaba perder la oportunidad ni ellos tampoco de sondear, y Tote (le llamo así desde siempre) empezó sobre la propia condición de los jueces, su principal preocupación: en mis tiempos ya teníamos —se refería a Grecia— una institución denominada la dokimasia, su fin no era otro que evitar que la democracia fuera destruida desde dentro. Un examen de aptitud democrática sin el cual nadie podía ser magistrado. Y —siguió— una democracia se enfrenta a grandes retos y contradicciones si sus jueces no son demócratas, es inviable.


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