febrero 20, 2007

Benjamín Prado

He hablado, y bien, en estas páginas de Benjamín Prado, y ahora me encuentro ¡oh, desilusión! con que No es uno de mis adorados mayores, que resulta que ¡sólo! tiene 45 años ¡donde vamos a llegar! Pero bueno, si yo lo vi, sí, con estos ojitos -miopes- que la genética o el mal uso -la lectura- me han dado.
Si quiero recordar que la única vez que tuve ese placer -placer en la distancia, que él estaba encima del estrado- tenía una noble barba que quise entender blanca y... en la foto que estoy mirando no tiene una maldita cana ¡A mí me han engañao! ¡Que esto no se hace a una madre de familia! Bueno... y aunque no fuera madre.
Pues eso, que aquí la susodicha, estaba en la idea, fundada en su basta experiencia, de que no había hombre inteligente -realmente inteligente- hasta bien cumplidos los 70 ¡Oye! y que lo llevaba a gala -pero no la de Dalí-, y ahora, con esa simple foto, se me derrumban los esquemas.
Que a mí me encanta B. P. y su serie de Juan Urbano, que es de lo mejorcito que pisa ¿o será Prisa? por lo periódicos.
Mencionaba -yo, yo misma y Paquita- hace pocas líneas a "Mala gente que camina" y, sí, es de él -trata del robo de niños a las presas republicanas en aquellos maravillosos años, maravillosos para algunos-.
Habla de su amor por Madrid, su ciudad -y también la mía, y también la de tantos-, de su gente, de la que dice: "Es muy solidaria, activa y libre en apariencia y en expresiones"
Yo lo suscribo, a mí que me gusta recorrer el mundo cercano -también el otro, pero está más lejos- lo compruebo un día sí y otro también, hay gente maravillosa en todas partes, pero sin intolerancia léxica -término que me aprendí un día y mira que lo estoy explotando- poca, poca.
O no te entienden, o se ofenden, o lo encuentran de mal gusto, o reprochable, o...
Apertura de mente -que no de piernas, que no hablo de eso, no... ahora- puff.
Y para más cargar las tintas ¡si es que me viene todo de golpe! llevo un tiempo conociendo -a través de esta red- a hombres -eso se deduce de lo que escriben, pero ¡véte tú a saber!- que también me lo parecen -inteligentes, quiero decir inteligentes, que lo otro ¡yo que sé! lo mismo, lo mismo, que ellos de mí- porque... y si yo fuera un tío, que podría serlo, que doy la talla -según lo que se mida ¡si es que tengo unas cosas!-.
A lo que iba, que tengo que revisar mis cuatro concetos.

PAQUITA

1 comentario:

Miguel Angel Peláez dijo...

Woooow. Me gustó mucho tu naturalidad y frescura en la narración...
Aquí tienes otro hombre por conocer...jeje.
Bss.