Reptan entre nosotros alentados por cientos de miles, millones de
votos. Se alimentan del miedo. Defienden la meritocracia mientras viven
del enchufismo, el dedismo y el nepotismo. Nos enseñan el dedo corazón y
nos acusan de vivir “por encima de nuestras posibilidades”. Se pasean
por el poder en bata y zapatillas de estar por casa porque así lo
sienten. Como propio. Como algo natural. Su hedor se propaga por España
como la Peste Negra por Europa. Casi han destrozado Madrid. Intentaron
privatizarlo todo: hospitales, colegios e institutos, incluso el agua.
Lo intentaron, y casi lo consiguen. Muchos se enriquecieron en el
proceso. Ahora la Justicia destapa lo que era un secreto a voces.
Entonces, ¿por qué siguieron ganando elecciones tras elecciones? ¿Por
qué los criminales se pasearon tantos años impunemente entre nosotros?
La respuesta la encontré ayer en un post de mi antiguo profesor en la
Universidad Javier Mayoral.
Son las palabras de un hombre que le confundió con Javier Maroto,
político del Partido Popular. Permitidme que las comparta con vosotros:
“…Yo la izquierda no la utilizo ni para comer.
–¿Y para pensar?
–Si no la uso ni para comer, ¿cómo voy a utilizar la izquierda para pensar? Yo soy de los suyos. Me gusta la derecha. Porque sabe usted que la derecha roba, sí, es verdad. Roba. Todos los días lo vemos en las noticias. ¡La derecha roba, pero crea riqueza! ¿Y la izquierda? La izquierda también crea, pero pobreza y miseria. Así que al final también roba, pero sin llevarse nada a casa”.
Y no, no es una anécdota, ni una excepción. Ese barro existe en muchas cabezas. Ese barro casi lo inunda todo. El Partido Popular tiene muchos cómplices que han pecado de pensamiento, palabra, obra u omisión, por decirlo en términos comprensibles para el nacionalcatolicismo que impregna su filosofía de vida. A vosotros os dedico mi asco infinito, mi repulsa más firme y mi convicción de rescatar lo que es de todos de vuestras sucias garras.
.............................................
“…Yo la izquierda no la utilizo ni para comer.
–¿Y para pensar?
–Si no la uso ni para comer, ¿cómo voy a utilizar la izquierda para pensar? Yo soy de los suyos. Me gusta la derecha. Porque sabe usted que la derecha roba, sí, es verdad. Roba. Todos los días lo vemos en las noticias. ¡La derecha roba, pero crea riqueza! ¿Y la izquierda? La izquierda también crea, pero pobreza y miseria. Así que al final también roba, pero sin llevarse nada a casa”.
Y no, no es una anécdota, ni una excepción. Ese barro existe en muchas cabezas. Ese barro casi lo inunda todo. El Partido Popular tiene muchos cómplices que han pecado de pensamiento, palabra, obra u omisión, por decirlo en términos comprensibles para el nacionalcatolicismo que impregna su filosofía de vida. A vosotros os dedico mi asco infinito, mi repulsa más firme y mi convicción de rescatar lo que es de todos de vuestras sucias garras.
.............................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario