junio 19, 2017

Yo la izquierda no la utilizo ni para comer. –¿Y para pensar?, de Javier Nix Calderón

COPIADO de la pág. de fb de Javier Nix Calderón ·el 20/4/2017

Reptan entre nosotros. Se introducen por cualquier hueco tras el olor del dinero. Han escalado hasta los puestos más altos del poder. Van vestidos con trajes caros, conducen coches caros, miran la hora en relojes caros, comen en restaurantes caros, viven en casas caras. Defienden el sector privado desde sus poltronas en el sector público. Se han colado en ayuntamientos, comunidades autónomas, ministerios, institutos públicos, organismos oficiales, pagados con el dinero de todos. Saquean y emponzoñan lo público allanando el paso a lo privado. Avanzan dejando detrás escombros y cenizas: aulas masificadas, hospitales atestados, arcas vacías, terrenos recalificados, reformas laborales. Nos han dejado la ruina. Gritan con desvergüenza desde sus escaños, dedican a los trabajadores en paro frases memorables como el “¡Qué se jodan!” de la diputada del Partido Popular Andrea Fabra.
Reptan entre nosotros alentados por cientos de miles, millones de votos. Se alimentan del miedo. Defienden la meritocracia mientras viven del enchufismo, el dedismo y el nepotismo. Nos enseñan el dedo corazón y nos acusan de vivir “por encima de nuestras posibilidades”. Se pasean por el poder en bata y zapatillas de estar por casa porque así lo sienten. Como propio. Como algo natural. Su hedor se propaga por España como la Peste Negra por Europa. Casi han destrozado Madrid. Intentaron privatizarlo todo: hospitales, colegios e institutos, incluso el agua. Lo intentaron, y casi lo consiguen. Muchos se enriquecieron en el proceso. Ahora la Justicia destapa lo que era un secreto a voces. Entonces, ¿por qué siguieron ganando elecciones tras elecciones? ¿Por qué los criminales se pasearon tantos años impunemente entre nosotros? La respuesta la encontré ayer en un post de mi antiguo profesor en la Universidad Javier Mayoral. Son las palabras de un hombre que le confundió con Javier Maroto, político del Partido Popular. Permitidme que las comparta con vosotros:
“…Yo la izquierda no la utilizo ni para comer.
–¿Y para pensar?
–Si no la uso ni para comer, ¿cómo voy a utilizar la izquierda para pensar? Yo soy de los suyos. Me gusta la derecha. Porque sabe usted que la derecha roba, sí, es verdad. Roba. Todos los días lo vemos en las noticias. ¡La derecha roba, pero crea riqueza! ¿Y la izquierda? La izquierda también crea, pero pobreza y miseria. Así que al final también roba, pero sin llevarse nada a casa”.
Y no, no es una anécdota, ni una excepción. Ese barro existe en muchas cabezas. Ese barro casi lo inunda todo. El Partido Popular tiene muchos cómplices que han pecado de pensamiento, palabra, obra u omisión, por decirlo en términos comprensibles para el nacionalcatolicismo que impregna su filosofía de vida. A vosotros os dedico mi asco infinito, mi repulsa más firme y mi convicción de rescatar lo que es de todos de vuestras sucias garras.
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