¿Por
qué hemos maltratado a Grecia? Nos hemos olvidado de ella, hemos
despreciado las políticas de Tsipras como si fuera un cobarde, y no como
alguien que se encuentra frente a un estado sin estado, un país sin
institucionalizar, donde nadie paga impuestos y donde los pocos
impuestos que se pagan apenas bastan para pagar la deuda que Europa les
impuso. Nos hemos olvidado, me parece, por una suerte de negacionismo
muy similar al de quienes sufren enfermedades serias: no querem
os
saber que lo que ocurre allí nos concierne por las mismas causas que
operan aquí. Consuela mucho creer que no se puede hacer nada, que las
grandes fuerzas geoestratégicas son el Leviathan de la época. Pero se
nos olvidan las tragedias de quienes tienen que luchar en batallas que
estaban ya perdidas antes de empezar, y que, sin embargo, hay que
enfrentarlas porque no elegimos los espacios ni los tiempos de los
antagonismos, ni siquiera a quienes nos acompañan ni a los enemigos que
están enfrente. La melancolía de izquierdas siempre ama la derrota como
destino, no como lugar de construcción y desarrollo. Produce sensación
de seguridad. Marx lo explicó muy bien cuando decía que los pasos
adelante asustaban y que inmediatamente se daban pasos atrás para
refugiarse en lo conocido, en el lugar confortable de lo ya conseguido.
Es más que probable que Syriza pierda las elecciones, incluso en segunda
vuelta. Nadie le tendrá en cuenta que se encontró con un país en
bancarrota, que no había fondos siquiera para las funciones elementales
del estado y que ha conseguido que Grecia empiece a respirar. Tsipras es
un traidor, se pensará. Otras políticas hubieran sido mejores: más
antagonismo, negarse a las condiciones de los hombres de negro. Puede,
Puede también que lo contrario, que un país sin institucionalizar, bajo
este tsunami financiero, hubiese balcanizado la región y ahora
estuviésemos pensando en una nueva tragedia del sur. Algún día Europa,
desde la derecha a la izquierda, tendrá que rendir cuentas de lo que
hizo en la tierra que le dio sentido.
Pienso en las fotos de
propaganda con Tsipras que ahora ya no se publican, pienso en que
quienes aspiran a estar en el gobierno algún día recordarán estos
desprecios por las mismas razones
(de una leve y rápida conversación con
Jorge Mo)
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