Pelayo Martín · 25/10/2019
Ya
está hecho. Grandes puertas abiertas de par en par. Féretro cubierto
con bandera y laureada. Sobre los hombros de ocho porteadores
encabezados por Luis Alfonso de Borbón y un nieto de Franco que, sin
pasar por la cárcel, se saltó un control policial, atropelló a dos
Guardias Civiles, condujo en dirección contraria durante varios
kilómetros y cuyo acompañante encañonó con un arma a los policías que
les detuvieron. Paso lento y ceremonioso. Lazos rojigualdos en las
solapas. Gritos de ¡Arriba España! y
¡Viva Franco!. Más allá de la valla brazos en alto, cara al sol, y un
golpista de verdad. Un traslado de los restos y los familiares del
exhumado en helicóptero militar con enseña nacional. Ministra de
Justicia asistiendo al acto como notaria del Reino. Ya está hecho. Ya
somos un poco más democracia... pero tal vez con unas salvas al aire y
un batallón de legionarios gritando "Viva la muerte" lo seríamos más.
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