Algo hemos
debido de hacer para que los monstruos caminen hasta su muerte entre
nosotros... tal vez consentimos demasiadas veces que los intereses
partidistas se antepusieran a la construcción de una ley más justa que
nos protegiera del horror, tal vez aplaudimos demasiadas veces cuando se
negociaba sobre lo innegociable, tal vez no nos importó que nuestros
legisladores estuvieran más ocupados en llenarse los bolsillos y
perpetuarse que en construir un sistema legal que evite lo que hoy ya es
inevitable, que las bestias campen a sus anchas.
Porque monstruos son todos los asesinos, aquellos que hace setenta años enterraron a sus víctimas en una cuneta o en un descampado y hoy se niegan a levantar la tierra, aquellos que durante las cuatro últimas décadas no dudaron en ejecutar masacre tras masacre con el fervor de un patriótico enajenado mental, aquellos que hoy cierran un ambulatorio o un quirófano, aquellos que destrozan la Ley de Dependencia, o simplemente venden a precio de saldo un sistema sanitario público a sabiendas de que eso se traduce en muertes... todos monstruos, todos asesinos, y todos como siempre, caminando entre nosotros.
Ya veo que por fin la mayor parte de los medios admiten y son unánimes en algo que hasta ahora levantaba llagas... llaman expolicía a un psicópata torturador como si ambas cosas fueran una sola... como si llamaran Paco a Francisco, Pepe a José... como si tuvieran un poco de miedo a que esa bestia tenga amigos que puedan molestarse por llamar al muerto por su verdadero nombre, por su verdadero trabajo... por su verdadera pasión.
Hoy es un gran día (otro) para sentir vergüenza por ser español.
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Porque monstruos son todos los asesinos, aquellos que hace setenta años enterraron a sus víctimas en una cuneta o en un descampado y hoy se niegan a levantar la tierra, aquellos que durante las cuatro últimas décadas no dudaron en ejecutar masacre tras masacre con el fervor de un patriótico enajenado mental, aquellos que hoy cierran un ambulatorio o un quirófano, aquellos que destrozan la Ley de Dependencia, o simplemente venden a precio de saldo un sistema sanitario público a sabiendas de que eso se traduce en muertes... todos monstruos, todos asesinos, y todos como siempre, caminando entre nosotros.
Ya veo que por fin la mayor parte de los medios admiten y son unánimes en algo que hasta ahora levantaba llagas... llaman expolicía a un psicópata torturador como si ambas cosas fueran una sola... como si llamaran Paco a Francisco, Pepe a José... como si tuvieran un poco de miedo a que esa bestia tenga amigos que puedan molestarse por llamar al muerto por su verdadero nombre, por su verdadero trabajo... por su verdadera pasión.
Hoy es un gran día (otro) para sentir vergüenza por ser español.
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