De verdad que
alguien puede pensar que un tipo que gane 1200 euros por un curro digno
va a dejar de trabajar por cobrar 400 sin dar un palo al agua? Que 400
euros harán a alguien quebrar su voluntad de vivir dignamente? El
problema es que hay demasiados españoles -muchos de ellos jóvenes- que
cobran 600 euros currando doce horas y cotizando 3 y ésos sí. Ésos puede
que no sirvan más mesas, ni recolecten más sandías ni hagan más camas,
ni se suban a un andamio. Claro que con la paga mínima habrá fraude,
cómo no, y hasta me atrevo a decir que casi tanto como el de los
profesionales que engañan a hacienda, casi tanto como hacen los que no
emiten facturas, pero, tranquis, bastante menos que los bancos, igual
que los empresarios que contratan en negro, o para nivelar la balanza,
como los currelantes que cobran el paro mientras andan de chapús... Pero
amigo, el fraude no es usufructo de los que nada o poco tienen. El
fraude gordo, el que debiera preocuparte, está en Suiza, en Jersey, en
Curaçao, en Bahamas, en las mordidas o está escondido en el colchón del
suegro. El fraude gordo gordo está en el Emérito, ese señor tan
campechano que se cachondea de nosotros, mientras nos saca los hígados,
el fraude chungo está en los dueños de las autopistas fantasmales, en
el Señor del Castor. Con los de la paguita de 400 euros no hay ningún
problema. Ese dinero no es para irse de vacaciones a Marbella,
tranquilos, ni para comprarse Maseratis y esas cosas, sino para comprar
leche, pan, zanahorias, unos zapatos cada año, pagar la luz, el agua o
arreglar la cisterna. Hoy les das el dinero y está de vuelta en menos de
treinta días, tranquilo. Estará en las cajas de los tenderos, en el
ganadero que vende leche, en el camionero que transporta mercancías, en
el bolsillo del dueño de una cadena de supermercados. Ese dinero no
huye, no escapa, no se va a esquiar a Suiza. Ese dinero entra y sale
como el agua de un surtidor, para integrarse de nuevo en el sistema.
Seguirán habiendo Maseratis, descuida, y los buenos sitios de Ibiza
nadie te los quitará, tranqui. Los más chachipirulis podréis seguir con
ese jueguecito nuevo y tan excitante como el de las cacerolás y las
banderas. Yo sé que para determinadas personas esto es una pésima
noticia: tendrán que pagar dignamente para poder tener trabajadores. Y
pagar dignamente por trabajar quiere decir cobrar dignamente por un
trabajo. Ah, una sorpresa más: cuando en una sociedad se cobra
dignamente por trabajar, la paga asistencial suele ser una cosa
residual. Pongamos que hablo de Holanda o de Suecia.
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