16/11/20 Pablo Elorduy 15 NOV 2020 ELSALTODIARIO.COM
Esta investigación de Jessica Bruder es de las necesarias, de las que cuenta las vidas que son menos vistas. En este caso, la del grupo de trabajadores que van de un lado a otro en sus furgos o caravanas. Ojalá alguna periodista española se anime a hacer lo mismo con los nómadas peninsulares de van de cosecha en cosecha, con sus virus incluidos, ahora en la aceituna y antes en la fruta en La Rioja y Lérida, mañana en la fresa de Huelva, y así. No son zonas marginales sino las oscuras auroras de las nuevas formas de trabajo que se irán imponiendo y extendiendo poco a poco a los más diversos sectores (de hecho, en la universidad ya es así desde hace años, como sabrán bien quienes comienzan o quienes, como yo, han visto el continuo viaje de sus hijos de beca en beca y posdoc en posdoc por toda Europa, aprendiendo a trabajar en el asiento de viaje o salas de espera en los tiempos muertos). El proletariado nómada en caravana o en alquiler precario como existencia definitiva:
" País Nómada (Capitán Swing, 2019) un ensayo periodístico sobre las vidas de un puñado de trabajadores que viven en la carretera, en furgonetas, autocaravanas y otros vehículos adaptados. El ensayo ha dado lugar a una película Nomadland, sin estrenar en España, que ganó el León de Oro del último festival de Venecia.
Esa vida nómada ha dado lugar a una subcultura pero, antes que eso, a un ejército laboral de temporeros formado mayoritariamente por personas mayores —muchas de ellas sobrepasan los 70 años— que migra en busca de currillos estacionales y aspira a no pasar demasiado frío en invierno y mantener unos ahorros para sus gastos imprevistos. Son, en gran medida, víctimas del colapso de la clase media en Estados Unidos que decidieron salirse por la tangente y eliminar el principal gasto que marcaba sus vidas: los derivados de un mercado de la vivienda averiado para las mayorías."
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