3/4/22
Guillermo Lopez
Hace mucho tiempo, unos 2500 años, un filósofo llamado Anaxágoras, de Clazómenas, una antigua ciudad de la península de Anatolia, explicaba que:"Los seres vivos se formaron de la humedad, el calor y las sustancias de la tierra; después, las especies se propagaron, generándose unas a partir de otras"Anaxágoras elaboraba una idea que venía de Anaximandro, que proponía que todos los seres vivos procedían del barro y el calor del sol, y que unas especies generan otras, proviniendo el ser humano, quizá, de un pez. Siempre me he preguntado si en estas ideas influyó la observación de fósiles, que los filósofos debían ver extraídos de canteras y otros lugares. Lo que es casi seguro es que Anaxágoras experimentó con la anatomía y debió observar las similitudes anatómicas de humanos y muchos animales.
Hace mucho tiempo, unos 2500 años, un filósofo llamado Anaxágoras, de Clazómenas, una antigua ciudad de la península de Anatolia, explicaba que:
"Los seres vivos se formaron de la humedad, el calor y las sustancias de la tierra; después, las especies se propagaron, generándose unas a partir de otras"
Anaxágoras elaboraba una idea que venía de Anaximandro, que proponía que todos los seres vivos procedían del barro y el calor del sol, y que unas especies generan otras, proviniendo el ser humano, quizá, de un pez.
Anaxágoras propuso que todo lo material estaba formado por combinación de una infinidad de partículas muy pequeñas. Propuso que la luna era una gran roca que daba vueltas alrededor de la Tierra y que reflejaba en su movimiento la luz solar. Entre otras muchas cosas. Anaxágoras llegó a ser maestro de Pericles, Eurípides, Tucídides y dicen que de Sócrates.
Anaxágoras pensaba que la razón, la observación y la experimentación debían aplicarse para entender la Naturaleza.
La Ciencia (filosofía natural), la Filosofía y la Tecnología se alimentan unas a otras y nos diferencian de otros animales capaces de usar herramientas: la necesidad de entender el universo que nos rodea, nuestro lugar en él, nuestra relación con la realidad, qué somos realmente, qué es la vida y por qué, y qué hay mas allá de lo que podemos ver. Ya Aristóteles decía que filosofar es natural en el ser humano, pues todos quieren saber.
Despreciar la Historia del Pensamiento y la Filosofía, reduciendo ésta a indoctrinar en determinados valores y, como consecuencia, reducir la Ciencia a su utilidad como un conjunto de métodos y estrategias destinado a proporcionar tecnologías y soluciones para la "resiliencia" y los "retos" del momento, es una manera de acercarnos a la condición del perro; contribuye, por tanto, a allanar el camino hacia un nuevo totalitarismo que nos quiere, como a ellos, felices y obedientes.
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