2/4/23
Me pregunta el Facebook qué estoy pensando.
Es un puto adivino.
Justamente estaba pensando para mí en el excesivo diluvio de opiniones y contra opiniones que ha suscitado el embarazo y posterior parto de una mujer anónima que, por poco dinero, comparada su cantidad con el que ha generado en las cuentas de una supuesta famosa contratada por una revista que necesitaba salir de algún atolladero.
Todo esto no tiene cabida en cualquier persona de mediana sensibilidad y/o solidaridad, sean de izquierdas o no.
Vivimos en un mundo lleno de negocios oscuros donde todo tiene un precio, todo se puede vender y comprar, hasta la Salud y la vida misma.
Pero esto no es de hoy, los dogmas que rigen en la empresa más longeva que tenemos: la S. M. I. en sus llamados concilios ha ido construyendo un edificio de mentiras y medias verdades para llenar sus arcas.
Una de ellas atañe directamente a la maternidad subrogada de una mujer que llamaron madre de dios, el primer vientre alquilado “divinamente” del cristianismo. De aquellos “polvos” estos lodos, no debemos extrañarnos de nada ni escandalizarnos por nada, pero sí mirar por las mujeres que puedan alquilar sus vientres en una sociedad cada día más injusta e insolidaria, ávida de noticias escandalosas que se pagan con dinero.
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