Los amazighes, conocidos popularmente como bereberes, son las poblaciones autóctonas del norte de África. Habitaron un amplio territorio que abarca desde Egipto occidental hasta Canarias y juntos comparten raíces, rasgos culturales y lingüísticos. La historia de las Islas no se puede entender sin la ascendencia amazigh, de la conquista del Archipiélago por parte de los castellanos surgió un nuevo pueblo fruto del cruce de razas entre europeos e indígenas. El resultado es latente, el sentimiento nacionalista canario cala con más fuerza en la sociedad isleña que en otras regiones españolas.
Rumén Sosa es un joven canario que en su día a día lucha por recuperar y conocer un poco más los orígenes de los canarios. Es profesor de Geografía e Historia de secundaria y está trabajando en su tesis doctoral el proceso histórico de la desaparición de las hablas amazighes de Canarias, conocidas popularmente como lenguas guanches, lo que le llevó a estudiar el amazigh durante un año en Marruecos. “Siempre me han gustado los idiomas y la historia, pues al final se unió todo”, cuenta. “Es una forma de entender mejor nuestra historia y un patrimonio del que la gente no es consciente”.
La lengua de los antiguos canarios se continúa hablando en pequeñas minorías de Egipto, Libia, Túnez, Níger, Malí, Mauritania, Argelia y Marruecos, estos dos últimos países son los que más hablantes tienen y los que la reconocen como lengua oficial. Sosa cuenta que, desde hace una década, el amazigh está en fase de institucionalización, incluso ya se ha comenzado a estudiar en algunos centros de enseñanza. Afortunadamente, se está construyendo una lengua escrita. Antes solo era oral.
El joven ve inconcebible que desde las Islas se sienta como “algo lejano” cuando cada día decimos nombres de lugar, de personas y algunas palabras de nuestra habla común que provienen de esa lengua. “Gofio, tenique, baifo o jaira son algunas de ellas”, enumera. Los topónimos abundan y son fáciles de identificar ya que no tienen sentido en español: Telde, Agaete, Tejeda, Artenara, Fataga, Arguineguín, Arinaga, etc. Además de algunos apellidos que, “por circunstancias especiales se pudieron conservar”, ya que tras la conquista a los canarios se les bautizó con apellidos castellanos o portugueses. Oramas, Baute o Bencomo son algunos de los que permanecen (...)
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