octubre 20, 2023

Auge y caída de la glorificación del sueño escaso: "Dormir nunca es una pérdida de tiempo", de Juanjo Villalba

 Juanjo Villalba   8 de octubre de 2023

El desprestigio del sueño, asociado a la figura de la persona poderosa, hiperocupada o con éxito laboral que duerme poco y llega a todo, persiste. Aunque el conocimiento y la preocupación por un buen descanso ganan terreno (y nicho de mercado). El médico especialista en sueño Javier Albares nos explica el papel que tiene sobre nuestra salud física, mental y emocional


Auge y caída de la glorificación del sueño escaso: "Dormir ...


Dormir siempre me ha parecido una pérdida de tiempo”, declaraba este verano la escritora Danielle Steele en una entrevista en El País. La famosa autora de best sellers románticos, presumía de que, gracias a dormir solo cuatro horas al día, había podido criar a nada menos que nueve hijos, tener cinco maridos y además escribir casi 200 novelas.

Aunque es posible que a muchas personas estas declaraciones les dejarán completamente horrorizadas, la escritora neoyorquina no está precisamente sola en este desprecio por las horas de descanso. Donald Trump presume de que solo duerme unas tres o cuatro horas al día. Richard Branson, el millonario fundador de Virgin, tira con cinco horas en la cama. Margaret Thatcher lo hacía con cuatro, las mismas que la ex canciller alemana Angela Merkel.

A pesar de lo que podría parecer por los ejemplos anteriores, el descanso reducido no solo es religión de aquellos que profesan el pensamiento único. También se alinean con esta idea tendencias recientes surgidas en el ecosistema de las redes sociales como la de la that girl (esa chica), un retrato aspiracional de la mujer joven y exitosa que llega a todo planificando al milímetro sus rutinas en pos de una vida optimizada e hiperproductiva. Para ello, claro, madruga: internet está plagado de vídeos y artículos que sugieren que para llegar a serlo hay que levantarse, como tarde, entre las cinco y las seis de la mañana.

La culpa de todo la tiene la bombilla

Esta reacción antisueño no es precisamente un invento moderno. El desprestigio del buen dormir tiene ya una larga tradición que se remontaría a la Revolución Industrial. Eso cuenta Javier Albares, médico especialista en Neurofisiología Clínica, miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) y fundador y director de la Medicina del Sueño Doctor Albares, que acaba de publicar La ciencia del buen dormir (Península, 2023), una guía para comprender por qué necesitamos dormir, cómo podemos optimizar nuestro descanso, cómo detectar los trastornos del sueño que puedan necesitar atención médica y, en definitiva, cómo dormir más y mejor.

“El desprestigio del sueño surgió sobre todo tras el descubrimiento de la luz eléctrica, la cual permitió iluminar la noche”, dice el médico a elDiario.es. Hasta entonces, la actividad humana se había visto regida por la luz natural y el leve resplandor de las velas y los candiles. La llegada de la luz eléctrica nos permitió hacer más cosas y hasta más tarde. “A partir de ahí, gradualmente hemos ido entrando en una vorágine de hacer, hacer, hacer cada vez más, que al final casi ha terminado en que la humanidad está activa 24 horas al día, siete días a la semana, los 365 días del año”, continúa.

(...) “Nuestro sistema inmunitario también necesita el sueño para funcionar bien”, afirma. Es durante el sueño cuando este se fortalece, y es clave para defendernos de infecciones, procesos inflamatorios e incluso de la eliminación de posibles mutaciones malignas que pueden acabar desarrollándose en forma de cáncer. 

“Dormir es fundamental para la memoria”, continúa Albares. “Si no dormimos las horas suficientes, tendremos peor memoria a corto plazo y también a largo plazo, y tendremos más riesgo de padecer patologías como el alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas”.

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