14/8/2025 MARÍA JOSÉ VILLANUEVA
Advierte de que estos hitos tienen efectos nocivos en el medio ambiente, además de estéticos.
- Grafitis en las rocas, estalactitas decapitadas y otros actos de vandalismo contra el patrimonio geológico
Una imagen tomada en Bujaruelo, dentro de la Zona Periférica de Protección del Parque Nacional y de la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala.. Nacho PardinillaAhora ha sido el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido el que ha alertado de la proliferación de estos hitos en ríos, lagos, costas, caminos o cuevas, diciendo que aunque parecen inofensivos, producen impactos en los hábitats naturales más sensibles y frágiles.
A través de sus redes sociales, ha detallado los efectos nocivos. El primero, el impacto en los ecosistemas. "Los cantos rodados de los ríos son refugio de numerosos insectos, crustáceos, mamíferos, anfibios y alevines de peces. Al pisotear el lecho pedregoso y mover las piedras, se destruyen hábitats y provoca la muerte de estos animales y sus puestas", señala.
El segundo, la erosión acelerada, ya que al movilizar los cantos, las orillas pierden parte de su protección, aumentando la erosión y pérdida de suelo.
Supone además una destrucción del patrimonio geológico. Los depósitos de cantos rodados permiten conocer las características del río, su dinámica, su evolución, etc. "Las orillas son verdaderos 'poemas geológicos' que merecen toda nuestra atención, respeto y cuidado", indica el parque.
Y menciona asimismo la alteración de los ciclos naturales, porque sobre las rocas y cantos crecen algas y musgos, "siendo la base de la cadena alimentaria acuática". También es importante el impacto estético sobre los paisajes de ribera, "que no requieren de la intervención humana para aumentar su belleza". Es más, desnaturalizan y alteran estos enclaves.
Es verdad que los hitos se emplean habitualmente para marcar los caminos, apilando piedras allí donde la ruta puede ser confusa, pero en caminos y senderos señalizados y evidentes, resulta, según el Parque, "innecesario".
El Geoparque de Sobrarbe, que incluye parajes tan emblemáticos como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido o los valles de Bielsa y Chistau, llegó a lanzar una campaña singular para dar "unas sencillas pautas" a la población en sus salidas al campo informando de lo que no se debe hacer en los entornos geológicos. Incidía en seis aspectos sobre los que el personal detectó malas prácticas: fósiles, hitos de piedra para orientar, estalactitas y estalagmitas, nuevos atajos, grafitis, grabados y grafitis en piedra y minas y minerales.
Sobre la moda de convertir los hitos de piedra que utilizan los montañeros para orientarse en montones desproporcionados, decía que aparentemente son inocuos, pero generan muchos problemas: desprotege al suelo frente a la erosión, distorsiona y banaliza el paisaje natural y modifica el hábitat de numerosos organismos.
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