Josu Gascon está con Inma Vi Da. 30/7/2018
Creo que viene a cuenta de lo que nos gusta, caminar, vagabundear.
SAMSARA.
Samsara es un término sánscrito-pali que significa literalmente “vagabundear”, o bien “movimiento continuo” o incluso “flujo permanente”. Se trata de un concepto fundamental en diversas religiones originarias del subcontinente indio, tales como el hinduismo, el jainismo, el sikhismo y, por supuesto, el budismo.
SAMSARA.
Samsara es un término sánscrito-pali que significa literalmente “vagabundear”, o bien “movimiento continuo” o incluso “flujo permanente”. Se trata de un concepto fundamental en diversas religiones originarias del subcontinente indio, tales como el hinduismo, el jainismo, el sikhismo y, por supuesto, el budismo.
Dentro del budismo, el término samsara se ha interpretado como una
definición del fenómeno de la existencia cíclica, de la repetición de
las vidas en este mundo. Así, el samsara implicaría el estado en el que
viven todas las conciencias antes del despertar, del descubrimiento de
la propia naturaleza búdica y de la liberación completa del sufrimiento
(nirvana).
Pero de un modo más preciso (y más profundo), el concepto de Samsara se explica también como la tendencia de la conciencia humana a crear realidades y a vivir en ellas.
El samsara no sería así un lugar ni un estado, sino un proceso de continua creación de realidades. En ellas, la conciencia queda atrapada dentro de unos límites que ella misma se impone, y que le impiden la visión de la luz que surge del estado despierto de la conciencia.
Dentro del budismo tibetano se habla de los seis reinos del samsara, término que indica los diversos niveles de realidad en los cuales puede un alma renacer tras el paso por el bardo de la muerte. Los seis mundos de existencia samsárica representan distintas formas de vivir la realidad.
Son estados de aferramiento, de estupor, de distracción, que nos disuaden de disfrutar de un estado abierto de la mente. Representan la prisión en la que nos encerramos nosotros mismos cuando decidimos no mirar la realidad última.
La enseñanza de Buda, el camino del despertar, consiste precisamente en la liberación de los sentimientos que producen estos estados mentales, saliendo así del condicionamiento que nos obliga a experimentarlos una y otra vez.
En la foto el monte Kailash, una peregrinación importante para los budistas del Tíbet, y que espero hacer algun dia
Pero de un modo más preciso (y más profundo), el concepto de Samsara se explica también como la tendencia de la conciencia humana a crear realidades y a vivir en ellas.
El samsara no sería así un lugar ni un estado, sino un proceso de continua creación de realidades. En ellas, la conciencia queda atrapada dentro de unos límites que ella misma se impone, y que le impiden la visión de la luz que surge del estado despierto de la conciencia.
Dentro del budismo tibetano se habla de los seis reinos del samsara, término que indica los diversos niveles de realidad en los cuales puede un alma renacer tras el paso por el bardo de la muerte. Los seis mundos de existencia samsárica representan distintas formas de vivir la realidad.
Son estados de aferramiento, de estupor, de distracción, que nos disuaden de disfrutar de un estado abierto de la mente. Representan la prisión en la que nos encerramos nosotros mismos cuando decidimos no mirar la realidad última.
La enseñanza de Buda, el camino del despertar, consiste precisamente en la liberación de los sentimientos que producen estos estados mentales, saliendo así del condicionamiento que nos obliga a experimentarlos una y otra vez.
En la foto el monte Kailash, una peregrinación importante para los budistas del Tíbet, y que espero hacer algun dia
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