Marisa Peña · 27/1/2019
Los mercaderes de Europa no quieren refugiados,
los dejan morir a sus puertas,
de frío,
de hambre,
de miedo,
de desesperación.
Europa repitiéndose, repitiéndose,
una y otra vez,
una y otra vez,
una y otra vez.
La vieja canción del dolor resuena en las conciencias.
Un eco de memoria
se escucha en los corazones de ceniza
que un día cayeron en los paredones,
que un día habitaron Auswitch,
habitaron Argeles sur Mer,
habitaron Mathausen,
habitaron las cárceles franquistas,
habitaron el olvido y, aún hoy,
habitan las fosas y las cunetas.
El fascismo es frío,
y ya está aquí.
©Marisa Peña. Mi bella miliciana.
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