Se trata de una obra de 96 páginas con guión de Daniel Viñuales, dibujos de Carlos Azagra y color de Encarna Revuelta, que ilustra la etapa de José Antonio Labordeta en el Congreso de los Diputados (2000-2008) con una visión humorística y muy humana.
Cuenta con un prólogo de Juana de Grandes, viuda de José Antonio Labordeta y presidenta de su Fundación, y un epílogo escrito por Paco Pacheco, que fue secretario de José Antonio Labordeta en el Congreso.
Basado en el libro de José Antonio Labordeta "Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados (Ediciones B, 2009), ha sido editado por su Fundación junto a GP Ediciones. El acto de presentación contará con las intervenciones de Paula Labordeta (directora de la Fundación), Daniel Viñuales (guionista), Carlos Azagra (dibujante), Encarna Revuelta (color) y Paco Pacheco.
Es el segundo cómic que se realiza sobre su vida y su obra, este último en una etapa muy concreta. El primero fue "TeBeO Labordeta" (2018), con los mismo autores y editores, una obra que tiene un gran éxito, ya que ha alcanzado su cuarta edición.
Con ese lenguaje tan especial del cómic, esta obra se centra en el Labordeta político que anduvo por el Congreso de los Diputados como un beduino monegrino. Así se definía él al aterrizar, en el año 2000, en el Hemiciclo, con un Gobierno de mayoría absoluta. Ejerció ocho años de parlamentario, sintiéndose ajeno a toda la parafernalia del Madrid de la Corte, pero, inspirado por su paisano, Joaquín Costa, trató de ser útil. Como un moderno Quijote, se vio envuelto en algunos de los episodios más importantes de los últimos años. Trabajo mucho y legisló.
Él era, ante todo, un poeta, un músico y un escritor. "¡Qué pinto yo aquí!", decía. Se veía en el Congreso como un extraño. Los tejemanejes políticos nunca le gustaron. La prensa de entonces, le buscaba siempre para preguntarle y Labordeta, como era habitual, no se andaba por las ramas. Sufrió los ataques continuos de la derecha y el hombre, el político, explotó con el "a la mierda".
Las primeras viñetas sitúan a José Antonio Labordeta en el cielo, junto a su hermano Miguel, Emilio Gastón y Gonzalo Borrás, divertidos, bromeando con San Lamberto y recordando a otro grandes como Goya y Buñuel, que están cerca de ellos. Labordeta comienza entonces a contarle su historia al santo cuando en el año 2000, compañeros de CHA le convencieron para presentarse al Congreso de Madrid.
En el prólogo de la obra, Juana de Grandes, afirma que en el Congreso Labordeta se convirtió en la voz de Aragón, "fue y sigue siendo el referente de una gran parte de la sociedad española. Trabajó duro, con ilusión y a veces desesperanzado con todo lo que estaba viviendo: la guerra de Irak, el 11 M..., pero siguió infatigable y presentó miles de enmiendas, escuchó y atendió a cientos de representantes de entidades, asociaciones, colegios profesionales y contestó a miles de cartas llegadas de toda España, convirtiéndose en el diputado del pueblo".
Y escribe: "Llegó el año 2008 y abandonó el congreso tras dos legislaturas y para despedirse del hemiciclo se cantó esta jota, "De los que están en el corro, aquí se quedan los guapos y nos marchamos los buenos". Regresó a su amada Zaragoza intentando retomar su vida y aficiones, una de ellas la escritura, y con la distancia y la nostalgia de esos días en "la corte", como él decía, comenzó a escribir el libro "Memorias de un Beduino en el Congreso de los Diputados", libro lleno de humor, ternura y sabiduría", la obra que ilustra este cómic.
En el epílogo, Paco Pacheco escribe: "Me gustaría recordar con estas líneas a quienes no aparecen, pero sí que están a lo largo de todas estas páginas, de todos estos dibujos: los diversos colectivos, asociaciones, entidades o personas a título particular, concejales de CHA de pueblos y ciudades, vocales de junta de distrito de CHA- Zaragoza, simpatizantes y militantes del aragonesismo de izquierda, con los que mantuvimos tantas conversaciones, reuniones, encuentros y maratonianas sesiones de trabajo..." (...)
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