7.- Marisa Peña 9/10/20
El gobierno de Madrid es inepto, negligente, sociópata y sólo gobierna para los intereses de los privilegiados. El gobierno central ha sido lento y demasiado taimado, midiendo mucho los costes políticos de enfrentarse con estas hienas, pero no es de recibo igualar a ambos en una suerte de equidistancia vergonzosa por parte de alguna prensa que nos toma por imbéciles. Nos esperan mentiras y consignas repugnantes por parte de la caterva neoliberal. Y no, entre Illa y Ruiz Escudero las responsabilidades y las " culpas" no son las mismas. Pero tampoco se me olvida que TODOS , todos, han cedido a las presiones del poder económico y han preferido conmorir con el virus a vencerlo. Dicho esto, doy gracias al gobierno central por tomar medidas, pero que no nos digan que 500 casos por 100.000 hab. es una buena cifra y que el ocio en espacios cerrados , los transportes masificados o las escuelas son seguros. Las presiones son inmensas, el capitalismo empuja, los intereses partidistas y políticos de los socios empujan, pero la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero.
El gobierno de Madrid es inepto, negligente, sociópata y sólo gobierna para los intereses de los privilegiados.
El gobierno central ha sido lento y demasiado taimado, midiendo mucho los costes políticos de enfrentarse con estas hienas, pero no es de recibo igualar a ambos en una suerte de equidistancia vergonzosa por parte de alguna prensa que nos toma por imbéciles.
Nos esperan mentiras y consignas repugnantes por parte de la caterva neoliberal. Y no, entre Illa y Ruiz Escudero las responsabilidades y las " culpas" no son las mismas. Pero tampoco se me olvida que TODOS , todos, han cedido a las presiones del poder económico y han preferido conmorir con el virus a vencerlo. Dicho esto, doy gracias al gobierno central por tomar medidas, pero que no nos digan que 500 casos por 100.000 hab. es una buena cifra y que el ocio en espacios cerrados , los transportes masificados o las escuelas son seguros.
Las presiones son inmensas, el capitalismo empuja, los intereses partidistas y políticos de los socios empujan, pero la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero.
6.- Marisa Peña 8/10/20
Los hombres y mujeres sin conciencia cívica ni sentido común necesitan que les prohiban hacer aquello que les pone en peligro.
Súbditos que esperan que les digan qué hacer y pícaros esperando la oportunidad para saltarse las leyes que no les gustan.
Este es el país en el que nos nacieron.
Más allá de quién gobierne está qué estamos dispuestos a hacer en nuestro día a día sin necesidad de un policía que nos vigile.
Pero muchos sólo quieren que su ocio consumista no pare.
Y los vulnerables que se escondan. No es país para los que necesitan cuidados y protección.
Es tiempo de derrumbes y de cambios, y aun así, "la ciudad alegre y confiada", la sociedad del "carpe diem" y el "caiga quien caiga", del egocentrismo y el enriquecimiento, se aferra sin mesura a su propio placer.
5.- Marisa Peña 7/10/20
Decíamos ayer... y seguimos diciendo.
"Somos vulnerables, tenemos dudas, estamos solos, llenos de prejuicios y de miedos.
Nos revelamos a los demás no sólo con nuestros hechos, también, y sobre todo, con nuestras palabras, nuestras lecturas, nuestras canciones... Y también con nuestros silencios.
Intemperie o cobijo. Mostrarse o esconderse. Descubrir o ignorar. En eso andamos. "
Marisa Peña, Nos queda la palabra
4.- Marisa Peña 2/10/20
Este curso me he pasado a bachillerato nocturno. Doy clase a adultos.
Todo está oscuro. Casi no hay alumnos. Me siento extraña. Todo es extraño. No reconozco a nadie. Nadie me reconoce. Las mascarillas, las batas, las pantallas, las distancias. Presencialidad y socialización, lo llaman. Convivir con el virus, lo llaman. Nueva normalidad, lo llaman. Lloro mucho, como una plañidera. Siempre que encuentro un lugar apartado, lloro. No soy valiente, no tengo madera de héroe, de resistente si acaso, y se va ablandando de tanto mojarse. Trabajo mucho en mis aulas virtuales. Allí, sola, esperando que algún alumno entre. Ya no reconozco mi profesión, ni mi vocación, ni el camino de baldosas amarillas que me trajo hasta aquí. Todos mis proyectos literarios y de otras índoles han naufragado, no sé si por la situación, por mis malas decisiones, o por otras razones que ahora ya ni siquiera importan. El mundo es ancho y ajeno, escribió Ciro Alegría y yo lo siento especialmente ajeno, incomprensible, doloroso. "Nos quedará la lluvia " iba a ser mi próximo libro. Pero no, no me queda la lluvia, no nos queda la esperanza de que todo se limpie, no me queda la palabra, si acaso la memoria... y me aferro a su hilo para no sucumbir.©
ABRAZOS FUERTES. Resistir es la palabra, debemos superar esto, que no nos arrumbe. No vinimos al mundo para no ser nada, no hacer nada, no intentar modificar algo, a poco que sea. Todos somos débiles en algún momento y valientes cuando menos lo esperamos. Hay muchas cosas demoledoras, sobre todo la actitud de nuestros conciudadanos, la gran mayoría, insulsos, inertes, movidos solos por sus cuitas personales; pero, hay que sobrevivir a esto, lo contrario te lleva al suicidio.
ABRAZOS FUERTES. Resistir es la palabra, debemos superar esto, que no nos arrumbe. No vinimos al mundo para no ser nada, no hacer nada, no intentar modificar algo, a poco que sea. Todos somos débiles en algún momento y valientes cuando menos lo esperamos. Hay muchas cosas demoledoras, sobre todo la actitud de nuestros conciudadanos, la gran mayoría, insulsos, inertes, movidos solos por sus cuitas personales; pero, hay que sobrevivir a esto, lo contrario te lleva al suicidio.
2.- Marisa Peña 26/9/20
Mi abuela siempre decía que uno no es de donde le nacen, sino de donde ha sido feliz y de donde ha luchado sus batallas.
A mí lo del ardor patriótico y la identidad genética siempre me ha chirriado.
Cuarenta años de unidad indivisible en el destino pasan factura a los que no escucharon nada más que ese discurso en sus años de formación.
Yo siempre escuché el discurso de la diversidad y el internacionalismo, de las personas frente a las patrias, del orgullo de clase frente al orgullo de nación, de la fraternidad universal frente al reduccionismo nacionalista de cualquier pelaje.
Somos hijos de nuestra historia. Y de la leche que mamamos.
Yo crecí entre libertarios, entre derrotados de una causa invencible... y eso deja huella.
© Marisa Peña.
No importa el otro: ni otros lugares, ni otras personas ni otras realidades. Así que pedir paciencia hasta la llegada de la vacuna, pedir que se ralentice un poco la actividad laboral, social y educativa, pedir que esperemos para vivir con la intensidad que tan peligrosa es en una pandemia, es predicar en un desierto calcinado. Todo el mundo quiere todo y lo quiere ya. Y si para ello hay que arriesgar la salud de los vulnerables (aunque muchos no sepan ni siquiera que lo son) y presionar la sanidad, así sea. Mientras haya una cama libre en la UCI , "empujen sin compasión".
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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: “El Gobierno de Madrid sigue renovando licencias de residencias a empresas que han sido sancionadas”
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