septiembre 10, 2022

Pioneros que ascendieron por primera vez el Picu Urriellu: Gregorio Pérez, el Cainejo y Pedro Pidal

8/6/22 

Fotos Antiguas de España   Monica Gonzalez

 

Llagu Seco de Cebolleda-Asturias-1907-Autor: Gustavo Schulze. Fuente: lne

En la imagen se encuentran los pioneros que ascendieron por primera vez el Picu Urriellu (o Naranjo de Bulnes): uno fue Gregorio Pérez, el Cainejo (era de Caín) que es el más bajo de los dos hombres de la esquina izquierda; el otro Pedro Pidal, el que está con el rifle. La gesta de esa primera ascensión tuvo lugar en 1904.
El alpinismo fue una actividad en la que los franceses fueron pioneros. Tras haber escalado las cumbres francesas pasaron a las españolas, primero en Pirineos y más tarde en Picos de Europa.
Cuando Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, se enteró de que los franceses iban a intentar escalar el Picu Urriellu no lo dudó. Pedro quería a toda costa que ningún extranjero fuese el primero en subir al Urriellu y por eso compró en Inglaterra la mejor cuerda de pita, trajo unas alpargatas de París (los primeros pies de gato) y contrató al Cainejo, como guía. El 5 de agosto de 1904 comienzan a ascender por la que luego se llamará la vía Pidal-Cainejo, inaugurando la escalada en España.
El Cainejo, descalzo, iba subiendo a la vez que aseguraba a su compañero, siendo el primero en llegar a la cumbre.
[...] llegamos a la cumbre; nos asentamos sobre unas piedras un poquito, que subíamos cansaos. Sacó D. Pedro los antiojos y empieza a mirar a todos laos, porque como la niebla esta baja, echa una vega, se veía la mar de tierra y rebecos en aquella torre, en aquel pico, en aquel nevero, en aquel hoyo, en aquella verdiana, paciendo, ¡qué gusto encontrarse en aquella altura y donde nadie había pisado! Tomamos unos caramelos por la mucha sed que teníamos y nos pusimos a trabajar para dejar a la vista pruebas de la verdad; nos pusimos hacer en la parte más dominante una pilastra cada uno; yo la hice de mi altura, firme y bien construida; me manda D. Pedro que le asegure la suya; la retaque bien hasta dejarla segura; hicimos otra entre los dos, con tres grandes piedras bien asentadas unas sobre otras, en forma que se ven de muy largo y se verán siempre, a menos que algún rayo o chispa eléctrica las derribe, que allí se conocen que caen con frecuencia. Así contó el Cainejo la primera ascensión al Urriellu.
No sólo hay riesgo al subir, sino también al bajar, normalmente la parte más compleja. A Pedro lo bajaba Gregorio con la cuerda, y el Cainejo bajaba como buenamente podía. En el paso más delicado, cómo no podía destrepar, anudó la cuerda, la empotró con piedras a un canalizo y destrepó por ella hasta donde estaba Pedro Pidal. Después cortaron la cuerda, para quedarse con el resto.
Dos de las nietas del Cainejo, María Isabel y Teófila, fueron las primeras mujeres en coronar el Urriellu en el verano de 1935. Teófila lo hizo con 15 años, sin cuerda y con falda.

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