5 de marzo de 2024 Javier Pérez Andújar
Ahora, que van a cumplirse veinte años de los atentados del 11M, me gustaría explicar una extraña experiencia lectora que tuve no hace mucho, y que, insisto, en este momento soy incapaz de no sacar a colación
He leído libros muy raros en la vida. Una vez me leí uno de Graciano Palomo y solo recuerdo que escribía igual que se llama. Ahora, que van a cumplirse veinte años de los atentados del 11M, me gustaría explicar una extraña experiencia lectora que tuve no hace mucho, y que, insisto, en este momento soy incapaz de no sacar a colación. Tal vez me haya rayado. Lo malo de leer, así le sucedió al Quijote, es que el pensamiento se desespera, y aporrea las puertas del cerebro (Aldous Huxley las llamó las puertas de la percepción, y Jim Morrison las llamó, simplemente, las puertas). Lo que se ha leído exige frenéticamente su derecho a la realidad. Al doctor Frankenstein le sucedió algo parecido, no se puede crear impunemente. Como en un teorema de Arquímedes, o de Pitágoras, o incluso como en el Teorema de Pasolini, o de quien sea, toda creación tiende, de una manera u otra, a la verdad (...)
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PERROFLAUTAS DEL MUNDO: CTXT. “No somos residentes, tampoco refugiados, ¿qué somos los palestinos?”
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