Francisco Jiménez Rabasco · 14 de abril. ¡Salud y República!
Por ellas: María Teresa de León , María Zambrano, Ernestina de
Champourcín, Concha Méndez, Zenobia de Camprubí, María Enciso, María de
Maeztu Whitney, Margarita Xirgu, María Lejarraga García, Matilde de la
Torre Gutiérrez, Julia Álvarez Resana , Dolores Ibárruri, Veneranda
García-Blanco, Lucía Sánchez Saornil, Francisca Bohígas, Carmen de
Burgos Seguí, Federica Montseny, Margarita Nelken, Clara Campoamor,
Victoria Kent, Margarita Kent, Julia Álvarez Resano, Hildegart
Rodríguez, Elena Fortún, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, Carmen
Laforet, María Martínez Sierra, , Isabel Oyarzábal de Palencia, Luisa
Carnés, Carlota O’Neill, etc.
La imagen es un humilde homenaje a las maestras republicanas. La educación constituyó uno de los compromisos sociales de la II República cuyo fin era lograr la democracia, garantizar los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas y modernizar el país. Se trataba de configurar el estado docente, la defensa de una República capaz de educar a ciudadanos y ciudadanas comprometidas con la construcción de una nueva sociedad, que dejara atrás el obscurantismo y las desigualdades de otras épocas.
Una educación pública, obligatoria, gratuita, activa, laica, bilingüe y solidaria que intentaba terminar con siglos de discriminación por razón de sexo o de clase social.
Desgraciadamente, los planteamientos de la II República tuvieron una plasmación incompleta y efímera.
La sublevación fascista cercenó las ilusiones de cambio social y la actividad reformadora en todos los terrenos, entre ellos, el de la educación. Así que muchos de los aspectos que aquí se destacan no llegaron a extenderse a todo el país y no consiguieron consolidarse. Aun así, su legado ha llegado hasta nuestros días y es importante trasmitirlo y dar a conocer uno de los mejores retazos de la historia de España.
Dentro de este proyecto de educación de la ciudadanía ocupaban un lugar privilegiado las maestras republicanas, que encarnaban el modelo de mujeres modernas e independientes. Ellas serían las responsables, en buena medida, de la construcción y difusión de la nueva identidad ciudadana, al educar a su alumnado en los valores de igualdad, libertad y solidaridad, tanto a través de la transmisión de contenidos en las aulas como, sobre todo, con sus vivencias personales.
Sin embargo, muy poco sabemos de estas mujeres comprometidas y valientes que trabajaron por llevar la educación a todos los rincones de España, por muy perdidos y aislados que estuvieran, o por muchas dificultades que encontraran ante una sociedad que, en demasiadas ocasiones, las observaba con recelo, ante su posición libre e independiente y unas prácticas educativas que introducían la coeducación en el aula, y el aprendizaje práctico y experimental, frente a los métodos memorísticos y mecánicos.
Esta entrada tiene como fin homenajear la memoria de las maestras de la II República, devolviéndoles la voz, visibilizando sus aportaciones a la modernización de la enseñanza, así como el papel que tuvieron en la conquista de los derechos de las mujeres. Sus nombres, vidas y obra, tienen que ser restituidos en la memoria, formando parte del legado de nuestra historia educativa.
La imagen es un humilde homenaje a las maestras republicanas. La educación constituyó uno de los compromisos sociales de la II República cuyo fin era lograr la democracia, garantizar los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas y modernizar el país. Se trataba de configurar el estado docente, la defensa de una República capaz de educar a ciudadanos y ciudadanas comprometidas con la construcción de una nueva sociedad, que dejara atrás el obscurantismo y las desigualdades de otras épocas.
Una educación pública, obligatoria, gratuita, activa, laica, bilingüe y solidaria que intentaba terminar con siglos de discriminación por razón de sexo o de clase social.
Desgraciadamente, los planteamientos de la II República tuvieron una plasmación incompleta y efímera.
La sublevación fascista cercenó las ilusiones de cambio social y la actividad reformadora en todos los terrenos, entre ellos, el de la educación. Así que muchos de los aspectos que aquí se destacan no llegaron a extenderse a todo el país y no consiguieron consolidarse. Aun así, su legado ha llegado hasta nuestros días y es importante trasmitirlo y dar a conocer uno de los mejores retazos de la historia de España.
Dentro de este proyecto de educación de la ciudadanía ocupaban un lugar privilegiado las maestras republicanas, que encarnaban el modelo de mujeres modernas e independientes. Ellas serían las responsables, en buena medida, de la construcción y difusión de la nueva identidad ciudadana, al educar a su alumnado en los valores de igualdad, libertad y solidaridad, tanto a través de la transmisión de contenidos en las aulas como, sobre todo, con sus vivencias personales.
Sin embargo, muy poco sabemos de estas mujeres comprometidas y valientes que trabajaron por llevar la educación a todos los rincones de España, por muy perdidos y aislados que estuvieran, o por muchas dificultades que encontraran ante una sociedad que, en demasiadas ocasiones, las observaba con recelo, ante su posición libre e independiente y unas prácticas educativas que introducían la coeducación en el aula, y el aprendizaje práctico y experimental, frente a los métodos memorísticos y mecánicos.
Esta entrada tiene como fin homenajear la memoria de las maestras de la II República, devolviéndoles la voz, visibilizando sus aportaciones a la modernización de la enseñanza, así como el papel que tuvieron en la conquista de los derechos de las mujeres. Sus nombres, vidas y obra, tienen que ser restituidos en la memoria, formando parte del legado de nuestra historia educativa.
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