Paquita Caminante · eldiario.es Sergio del Molino Escritor y periodista 9/12/2019
La
España vacía no relaciona el fenómeno de la despoblación con la
emigración de los años 60, sino que toma esa emigración como un punto de
referencia cultural
Respuesta a algunas afirmaciones contenidas en el artículo La confusión entre desatención de servicios y despoblación en la 'España vacía'
Respuesta a algunas afirmaciones contenidas en el artículo La confusión entre desatención de servicios y despoblación en la 'España vacía'
Lo que La España vacía es y lo que no es
Leo la pieza 'La
confusión entre desatención de servicios y despoblación en la 'España
vacía': "Los políticos se creen que con dinero se soluciona todo',
en la que se recogen opiniones de varios demógrafos acerca del debate
sobre la despoblación y las reclamaciones de las regiones despobladas de
España, y encuentro puntos de vista y apreciaciones con los que no solo
estoy de acuerdo, sino que he defendido en varios foros y tribunas en
los últimos tiempos, a menudo en comandita con geógrafos y académicos
expertos en estas cuestiones. Me pareció un estado de la cuestión
preciso y necesario en un debate que muchas veces se presenta tumultuoso
y confuso, mezclando asuntos que tienen poco que ver entre sí.
En él, el profesor Andreu Domingo Valls, presidente de la Asociación de Demografía Histórica, hace un comentario sobre mi libro La España vacía,
al que responsabiliza de la popularidad del debate en los últimos
tiempos, en estos términos: "Es un ensayo escrito desde la emoción en el
que relaciona el fenómeno con la emigración de los años 60, algo que no
se corresponde con la realidad: hay zonas que la padecieron y no se han
despoblado y otras que no experimentaron aquel proceso y sí se han
despoblado."
Los demógrafos piden rigor y respeto a su trabajo, una
demanda irreprochable, pero debería ir acompañada de rigor para todos,
porque es paradójico quejarte de que los demás tratan tu labor con trazo
grueso mientras tú aplicas ese mismo trazo grueso al trabajo de los
demás.
Por eso me gustaría matizar que la descripción
que el profesor Andreu Domingo Valls hace de mi libro se ajusta muy poco
a lo que el libro es y a lo que el propio libro acota y explica en sus
páginas. La España vacía no es un ensayo escrito
desde la emoción, sino desde mi casa, adoptando una perspectiva
inequívocamente literaria, que jamás ha pretendido suplantar el trabajo
académico (que más bien divulga en los primeros capítulos, compilando el
estado de la cuestión, bien estudiada, aunque poco conocida fuera de la
academia). Pero, sobre todo, no relaciona el fenómeno de la
despoblación con la emigración de los años 60, sino que toma esa
emigración como un punto de referencia cultural, calificándola como un
episodio histórico con enormes resonancias sociales y políticas en la
España de hoy. El ensayo rastrea las huellas de ese hecho en la
literatura, el cine, el arte y la cultura popular para formular una
hipótesis especulativa: la conciencia dolorosa de aquel trauma es uno de
los rasgos fundamentales para entender parte de los conflictos y
problemas de la España de hoy (...)
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