Ensayo de cántico en el templo
¡Oh, qué cansado estoy
de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra,
y cómo me gustaría alejarme,
hacia el norte,
en donde dicen que la gente es limpia
y noble, culta, rica, libre,
despierta y feliz!
Entonces, en la congregación, los hermanos dirían,
desaprobando: «Como el pájaro que deja el nido,
así el hombre que abandona su lugar»,
mientras yo, bien lejos, me reiría
de la ley y de la antigua sabiduría
de mi árido pueblo.
Pero no he de realizar nunca mi sueño
y aquí me quedaré hasta la muerte.
Pues soy también muy cobarde y salvaje
y amo, además,
con desesperado dolor,
a esta mi pobre,
sucia, triste, desdichada patria.
Salvador Espriu
Versión de José Corredor-Matheos
Poesía para todos. Para la buena gente que camina, con sus ideas y sus contradicciones, con sus sueños y sus utopías, con sus miedos y sus tristezas. A TODOS, os pienso, os respeto y os convoco en torno a la palabra fraternidad.
Marisa Peña, Nos queda la palabra.
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