septiembre 17, 2023

¿Me puedo comer las patatas con brote? Precauciones a tener en cuenta, de Marta Chavarrías

 Marta Chavarrías   8 de junio de 2023

Las patatas son un alimento versátil, que admite infinidad de platos y recetas. Además, es un tubérculo que, como reconoce la Fundación Española de Nutrición (FEN), destaca por su alto contenido en hidratos de carbono, sobre todo en forma de almidón y una pequeña proporción de glucosa, fructosa y sacarosa.

En algún momento, quien más quien menos se ha encontrado que la bolsa de patatas para cocinar olvidada en el fondo de la despensa han aparecido algunos ejemplares llenos de brotes, una especie de raíces y protuberancias que antes no estaban. 

Estos brotes son crecimientos que empiezan a emerger de las patatas cuando se han almacenado durante mucho tiempo en unas condiciones particulares. De hecho, se trata de un último esfuerzo de la patata para crear una 'nueva vida' antes de echarse a perder.

No son más que la respuesta natural de una patata a ciertas condiciones ambientales, pero su presencia nos obliga a tener ciertas precauciones a la hora de cocinarlas.

Efectos de la presencia de brotes en las patatas

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¿Deberíamos tirar una patata con brotes?

Depende. Si el brote es pequeño, bastaría con eliminarlo tanto como podamos porque la pérdida de sabor y textura en este caso es poca y la patata continúa siendo comestible, aunque puede tener un cierto sabor dulce a la hora de cocinar. 

Si el brote es más grande, es poco probable que el resto de la patata contenga un exceso de toxinas —a menos que su piel también se esté volviendo verde—. Sin embargo, si la patata está llena de brotes, la piel aparece excesivamente arrugada y la carne muy suave y blanda al tacto, lo mejor es tirarla. (...)



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