agosto 16, 2020

Víctor Chamorro: "Yo he sido castigado al silencio"

Manuela Sancho ·  21/6/20  elsaltodiario.com  Manuel Cañada y Iván Sabariego  16 mar 2019
Leyendo "El Pasmo" de Victor Chamorro, una joyita literaria, ambientada a finales del XIX, y encontrando esta memorable entrevista sobre la historia de Extremadura y sobre la masacre del 36, porque todo tiene que ver, y los sucesos devienen por causa de muchos anteriores

A poco más de una semana del 25 de marzo, conversamos con Víctor Chamorro, el intelectual que más ha hecho por recuperar la historia de las luchas campesinas que marcaron el siglo XX extremeño.  
Estamos en Hervás, muy cerca de la Plaza de la Corredera, donde Víctor Chamorro tiene su taller incansable de escrituras. El ruidoso caracol de las escaleras de madera nos va conduciendo a su rincón preferido. Hay cuadros, juguetes y libros por todos lados. En el desorden de la sala se intuye el afán, la tenacidad de quien tiene muchos proyectos entre manos.
Va a cumplir los ochenta años pero sigue desbordando generosidad y rebeldía. Ha sido el gran partisano de la literatura y de la historia en Extremadura. Y ha conocido durante décadas, como pocos, la amargura de la palabra ostracismo. Ostracismo literario, académico y político. El vacío de los Lara, de los dueños del reino de la edición y de las letras, pero también el de los amos de la tierra y de los despachos.
Por eso, la primera pregunta de esta entrevista, de esta conversación entre compañeros, esa palabra que tanto le gusta -los que comparten el pan, hermanos de lucha y esperanza-, es clara y directa.
¿Es Víctor Chamorro un autor poco conocido y reconocido en Extremadura?No lo sé. ¿Qué parámetros usamos para saber si soy conocido? Usando un parámetro normal, me tendrían que conocer hasta las piedras de los ríos... pero la realidad es otra.
Parte de esa realidad, de ese escaso reconocimiento, ¿viene impuesto desde fuera o tiene que ver, en cierta medida, con tu personalidad? Yo he sido castigado al silencio. Las nuevas generaciones -y las anteriores, en realidad- no creo que me conozcan. Estoy borrado. Tuve un encontronazo con un gran editor, Lara, y, desde entonces, literariamente, como novelista, he podido sobrevivir porque me han dado algún premio, porque he participado en certámenes donde también se editaba la novela finalista, porque he escrito libros de viajes.
(...)
Extremadura se convirtió en el foco internacional de la lucha de los oprimidos; se convirtió en un laboratorio social, en el que se descubrió el verdadero significado de la palabra compañerismo, del compañero, de los que comparten el pan. A Extremadura acudieron investigadores, revolucionarios, poetas y periodistas de todo el mundo, a comprobar cómo, de forma pacífica, alrededor de 70.000 yunteros realizarían la mayor ocupación de tierras que se conoce: 3.000 fincas en casi 300 pueblos repartidos por toda la región. Se preguntaban si esto iba a ser o una masacre como la de Asturias o algo nuevo que se podría exportar al mundo (...)

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