Tres
mujeres asesinadas por sus parejas en este fin de semana. Pero algunas
seguirán negando el terrorismo machista y lo llamarán violencia
doméstica y pedirán comprensión para los hombres, (como la candidata
pepera a la Comunidad de Madrid) porque están amenazados y en
desventaja judicial.
Cuánta desvergüenza y cuánto canalla.
Que
sí, que ya, que sois mujeres todos los días, que todos los días son 8
de marzo, que muchas no se sienten representadas por el feminismo de
izquierdas, que no había referencias al problena de la sanidad que les
concierne concretamente a un problema que ellas tienen, que trabajando
es como mejor se demuestra lo luchadora que es una, que algunas jóvenes
usan tacos, que flautas, que pitos. En fin. "Profundas reflexiones" (en
forma de pataleta o regañina gruñona del movimiento
nacional,
en el que algunas hicieron buenas amigas) de mujeres que una cree que
tienen cierta formación y cultura y a las que sólo les interesa aquello
que les concierne. Eso sí, todas y todos los que se quejan de las
movilizaciones ponen la coletilla de que ellos o ellas llevan "toda la
vida luchando". Pues muy bien. Gente que JAMÁS toca ciertos temas pero
que salta como un gato en un tejado de zinc con todo lo que tiene que
ver con feminismo no liberal, partidos de izquierda, memoria histórica o
violencia machista.
Algo debemos estar haciendo bien cuando la
derecha, y todos los que son de derechas aunque no lo crean porque lo
que más temen es perder su status o sus privilegios de clase, se lanzan a
nuestra yugular con esa osadía.
Y si no les gusta, pues mejor. El
mundo no cambia pidiendo permiso a los que lo controlan o a los que se
benefician de sus estructuras. Así que adelante, y que ladren.
©Marisa Peña
Los
reductos, que estaban latentes y calladitos, de la sección femenina
sacan pecho y mañana van a enseñarnos a las " rojas de mierda" lo que es
ser una mujer de verdad. Dicen en su infumable manifiesto que ellas
aman a sus hombres (como si las demás no) y que les cuidan y les
agradecen su labor. Defienden la maternidad (las demás madres somos muy
malas e incompetentes), y niegan la existencia de la violencia contra
las mujeres, reduciéndola a " violencia doméstica" ( cosas
malas
que pasan en el hogar ). Con ese regusto primorriverista de manual de
la buena esposa reivindican lo femenino y se quejan de que las
feministas supremacistas han dejado al hombre fuera de las tareas del
hogar "arrebatandole ese derecho" (toma geroma, pastillas de goma).
Contra este discurso casposo y trasnochado no queda otra que mostrar
hechos históricos, cifras reales, y aceptar que lo que ocurrió en este
país fue que los avances realizados por el feminismo y liderados por
mujeres progresistas, socialistas, comunistas y libertarias, con ayuda
de los partidos de izquierdas republicanos fueron arrancados de cuajo y
se impuso a sangre y fuego, con una violencia de la que podemos dar fe
por los testimonios de nuestras abuelas y de nuestras madres, el
concepto de mujer nacionalcatólico, que dejó a la población femenina
relegada al hogar, a la maternidad y a la sumisión. Y esto no es
demagogia, es historia, es sociología, es la VERDAD.
©Marisa Peña.
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